¡Hola a todas y todos!
He aquí una breve presentación: pertenezco al Cuerpo
Facultativo de Bibliotecarios del Estado desde 2022, y en 2023 comencé mi
andadura en mi primer destino en la Administración, la Biblioteca Nacional de
España. Desde entonces trabajo en el Servicio de Innovación y Reutilización
Digital de la Biblioteca. Aquí exploramos y descubrimos nuevos usos para los datos y
colecciones digitales de la BNE a través del desarrollo de proyectos, herramientas
y servicios que faciliten el objeto último al que aspiramos: generar nuevo
conocimiento a partir de nuestras colecciones.
Desde este enfoque de trabajo interdisciplinar, creativo y en constante cambio, he considerado de gran interés y relevancia —tanto para mi crecimiento profesional como para la institución en la que trabajo—, asistir a este curso dedicado a la Agenda 2030, sus objetivos, gobernanza e implementación. En particular, diría que es vital conocer casos de aplicación “bajados a terreno” para poder establecer paralelismos e investigar vías de implementación en instituciones públicas culturales, como es el caso de la BNE. También puede ser una fuente útil de aprendizaje el conocer en profundidad los indicadores de los ODS para medir su consecución; sin olvidar la aplicación de herramientas de evaluación y seguimiento para medir el impacto de las políticas y programas de la Agenda 2030. Espero, por último, adquirir un enfoque colaborativo y abierto, enriquecer el entorno compartido del curso, y aprender de todas las aportaciones de mis compañeros.
Termino esta primera entrada con una imagen que creo que
representa muy bien tanto a la institución en la que trabajo (y a la que con
orgullo y vocación pertenezco) como el espíritu con el que entré a formar parte
del Cuerpo de Bibliotecas, y del que espero estar a la altura siempre, con compromiso, visión y ética públicas.

Enlace a la obra digitalizada en la Biblioteca Digital Hispánica: https://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000028298
Se trata de una fotografía que retrata a un grupo de lectoras en la Biblioteca Nacional. No se sabe bien la fecha en la que se tomó, pero debió realizarse entre 1940 y 1949. Cerca de cien años antes, en 1837, se permitió por primera vez el acceso a una mujer en la Biblioteca Nacional. Ella era Antonia Gutiérrez Bueno, y pudo finalmente acceder a esta institución gracias a la intervención de otra mujer, la Reina Regente Mª Cristina, quien convenció al entonces director de la Biblioteca de que habilitara una la sala baja no solo para Antonia, sino para todas las mujeres que quisieran entrar a la institución para la consulta de fondos. Una petición que el director acató a regañadientes.
La fotografía condensa para mí el logro de Antonia Gutiérrez Bueno, que abrió camino para el resto de mujeres en las bibliotecas de todo el país. Este grupo de lectoras, entre alegres y concentradas en su quehacer de estudio, disfrutaban de un derecho básico adquirido tan solo hacía un siglo: el de poder consultar e investigar en el Salón de Lectura de la Biblioteca Nacional. Al observar la instantánea me pregunto si, en el futuro siglo XXII, habrá una fotografía parecida en nuestras colecciones que retrate el progreso, el paso definitivo hacia la igualdad efectiva en nuestras instituciones públicas, y especialmente en las culturales. ¿Sonreiremos haciendo memoria de un pasado de luchas al fin histórico?
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