En el reto 2 del curso LA AGENDA 2030 Y LOS OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE EN LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS, nos proponemos realizar un análisis de la situación actual de nuestra administración en relación con los ODS. En mi caso, nos centraremos en el Ministerio de Cultura, con especial interés en el ámbito bibliotecario (dependiente todo ello de la Administración General del Estado).
Para abordar este análisis,
comenzamos contextualizando de qué tipo de administración se trata. En nuestro
caso, nos centramos en el nivel estatal: la Administración General del Estado (en adelante, AGE), formada por
un conjunto de órganos y entidades que gestionan y ejecutan las políticas públicas a nivel
nacional. Entre sus órganos centrales están los Ministerios y sus
organismos dependientes. En el caso que nos atañe, desde la AGE la competencia
en materia de Agenda 2030 y ODS comienza por la Secretaría de Estado de Agenda 2030, encargada de coordinar y
promover la implementación de la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas en el país. En los
últimos años, esta Secretaría está vinculada al Ministerio
de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Éste tiene un
papel fundamental ya que coordina interministerialmente, impulsa y sigue las políticas
públicas relacionadas con la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible.
Para llevar a cabo estas funciones, existe una Comisión Delegada del Gobierno para la Agenda 2030 formada por
personas responsables de los distintos ministerios. Esta Comisión coordina y
participa en el diseño e implementación de la Agenda a través de la acción del
Ejecutivo. La preside la vicepresidenta segunda y está integrada por varios
ministros, como el de Exteriores, Interior, Transportes, Educación, Industria,
Agricultura, Vivienda, Sanidad y por supuesto, también la integra el Ministro de Cultura.
En el Ministerio de Cultura entendemos pues que recae la responsabilidad
de alinear las políticas culturales con los ODS y la Agenda 2030. Y es en este
punto donde encontramos el Punto Focal de
Agenda 2030 en Cultura y los distintos planes estratégicos que pasaremos a
analizar para identificar los ODS prioritarios en el Ministerio, y en especial,
en bibliotecas. Como tal y a nivel estratégico y transversal, no existía hasta 2024 ningún
plan estratégico, política o programa específico para la Agenda 2030 y su
implementación en cultura. No obstante, el Ministerio cuenta desde
inicios de 2024 con una nueva Dirección
General de Derechos Culturales, y a través de ella se prevé la consecución
de la Agenda 2030 desde un prisma estratégico y transversal. Esta Dirección
General se creó para liderar la responsabilidad en el diseño de las políticas
públicas vinculadas con la promoción de los derechos culturales, la diversidad
cultural y territorial, la promoción de la igualdad y la dinamización cultural,
además de la necesaria cooperación con las comunidades autónomas en estos
ámbitos. Esto implícitamente nos habla de la Agenda 2030 y sus objetivos de
desarrollo sostenible.
Si nos
detenemos en el primer Plan de Derechos Culturales que presentó esta Dirección General —la herramienta a través de la cual el
Ministerio de Cultura definirá y desarrollará su plan de actuaciones en materia
de derechos culturales —, observamos que se articula a partir de
trece ejes temáticos, entre los cuales está el eje de Sostenibilidad y Agenda 2030. Lo presentan así:
El sistema
cultural en su conjunto adquiere una gran importancia para alcanzar los ODS de
la Agenda 2030, pero es necesario articularlo dentro de esta y poner en valor
su contribución. A través de sus múltiples canales de expresión, la cultura
asume un papel fundamental en la difusión de la Agenda 2030, sensibilizando y
ayudando a la ciudadanía a comprender los grandes retos que afronta la
humanidad. Por otra parte, el sector cultural también constituye un actor
relevante para la consecución de una práctica cultural sostenible, pues los ODS
invitan a los agentes culturales a reflexionar, reinventarse, innovar e
identificar nuevos públicos y audiencias potenciales.
Seguidamente, pasa a concretar las líneas de
trabajo del plan en esta materia. Las cuales son:
· La
formación para las y los gestores y profesionales de la cultura, públicos y
privados.
· El
asesoramiento y acompañamiento desde las administraciones públicas.
· El mapeo de
proyectos y agentes relevantes y la creación de espacios de encuentro e
intercambio.
· La medición
y el seguimiento -bajo parámetros comunes- de los ODS de la cultura en la
Agenda 2030.
· La
sensibilización y movilización de todos los sectores culturales en el
cumplimiento de esos objetivos; el establecimiento de alianzas multinivel.
· El desarrollo de mecanismos de financiación e incentivos para aquellos proyectos alineados con los ODS.
En este plan, por tanto, no se identifican ODS concretos, sino que constituye una hoja de
ruta para implementarlos de manera transversal, consciente y paulatina a través del trabajo
interno y externo en la priorización y seguimiento de los ODS de la cultura en la Agenda
2030.
En materia de igualdad,
identificada en el ODS 5, Lograr la igualdad entre los géneros y
empoderar a todas las mujeres y las niñas, y dependiente de esta
Dirección General, se presentó a finales del año 2024 el I Plan de Igualdad en la Cultura del Ministerio. Una iniciativa que abarca el bienio 2024-2026 y
cuyo propósito es ser la hoja de ruta de las actuaciones
ministeriales en materia de igualdad. En este plan se reflejan objetivos y una
serie de acciones adjuntas a cada uno de ellos. Además, estas acciones implican
una ficha adjunta con la descripción, responsables, tiempo,
recursos/presupuesto y lo que es más importante, unos indicadores de
seguimiento en términos cuantitativos.
Por ejemplo, destacan tres
acciones directamente alienadas con el ODS 5 especialmente relevantes por su
valor de recuperación histórica y visibilidad femenina en la actualidad.
Las dos primeras, alineadas con
el objetivo 2 de Visibilidad y Reconocimiento:
2.1.4.
Recuperar el repertorio musical de mujeres artistas, con el objetivo de alcanzar
el 40% de la programación del INAEM.
2.1.10.
Favorecer la adquisición de obras de arte contemporáneo elaboradas por mujeres.
Y la tercera, alineada con el objetivo 4 de Violencias
machistas:
4.2.1. Realizar actividades
formativas dirigidas al personal del Ministerio en relación con la prevención,
detección y actuación frente a las violencias machistas.
Entre los indicadores de seguimiento de estas acciones destacan el nº de
compositoras programadas (2.1.4), el presupuesto destinado a la compra de obras
de mujeres (2.1.10) y el nº de cursos impartidos (4.2.1).
La escalabilidad y perspectivas
de mejora de este plan son prometedoras, teniendo en cuenta que se trata de la
I Edición y, por tanto, el plan y sus acciones requieren continuidad, compromiso
y mejora continua más allá de los dos años prefijados (2024-2026).
Por otro lado, y enfocándonos ahora en el sector bibliotecario, el Ministerio cuenta
en su organigrama con la Dirección
General del Libro, del Cómic y de la Lectura, encargada de la promoción, protección y difusión del libro, la lectura y la creación
literaria. Para la ejecución de sus funciones cuenta con dos Subdirecciones, y
la que nos compete en materia bibliotecaria es la Subdirección General de Coordinación Bibliotecaria, la cual
desarrolla cuatro líneas estratégicas clave para el sector:
·
La cooperación
·
Las tecnologías de la
información y las comunicaciones
·
La mejora de las
infraestructuras y recursos bibliotecarios
· La conservación del patrimonio bibliográfico
En materia de cooperación
interbibliotecaria cobra gran protagonismo el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (en adelante, CCB), órgano que
actúa como el espacio de encuentro y coordinación entre las distintas
administraciones públicas en materia de bibliotecas. Este órgano colegiado, de
carácter interadministrativo y vinculado al Ministerio de Cultura, comenzó su
andadura en 2008 y desde entonces cuenta entre sus funciones con el liderazgo
en la propuesta de proyectos, la elaboración de planes específicos para
favorecer y promover el desarrollo y la mejora de las condiciones de las
bibliotecas y sus servicios; o la promoción y fomento del intercambio y la
formación profesional en el ámbito bibliotecario, entre otros.
En marzo de 2024, el
Pleno del CCB aprobó el IV Plan Estratégico 2024-2028, centrado
en la sostenibilidad, la accesibilidad, la innovación tecnológica y la
profesionalización del sector bibliotecario. Y aunque no se menciona entre sus ejes
y objetivos la Agenda 2030 explícitamente, podemos extraer de tres de sus ejes
y objetivos adjuntos que contribuyen a varios ODS de la Agenda 2030. Serían los
siguientes:
Eje 1: SOSTENIBILIDAD Y ACCESIBILIDAD UNIVERSAL EN
BIBLIOTECAS
Objetivo
1.1: Promover la sostenibilidad y la accesibilidad universal en las bibliotecas
- Desarrollo de un Libro Blanco con pautas
para prácticas sostenibles y accesibles.
- Implementación de acciones para promover
modelos de bibliotecas sostenibles.
- Campañas de concienciación sobre la
importancia de la sostenibilidad y accesibilidad universal.
En este caso, vemos que se
concretan varias acciones transversales y también se trabaja en ODS
específicos: ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 9 (Industria,
Innovación e Infraestructura) y ODS 10 (Reducir inequidades).
Otro eje del Plan Estratégico que incluye implícitamente la Agenda 2030 sería el siguiente:
Eje 5: DESARROLLO DE BIBLIOTECAS RURALES
Objetivo 5.1. Fortalecer el acceso y la calidad de los servicios en las
bibliotecas rurales, con una especial atención a los bibliobuses.
- Creación de programas de formación para
personal de bibliotecas rurales.
- Establecimiento de fondos, sistemas y
procedimientos para la adquisición de materiales y recursos relevantes para las
comunidades rurales.
- La mejora de modelos de servicios de
biblioteca para áreas con un alto grado de dispersión poblacional.
-
Colaboración con organizaciones locales y autonómicas en proyectos culturales y
educativos en bibliotecas rurales.
- Estudio de singularidades de las
bibliotecas rurales.
En el eje 5 se trabajan por tanto
los siguientes ODS: ODS 9 (Industria, Innovación e Infraestructura), ODS 16 (Paz,
justicia e instituciones fuertes) y ODS 17 (Alianzas para los objetivos).
Por último,
encontramos el siguiente eje que trabaja implícitamente en la Agenda 2030:
Eje 6: FORTALECIMIENTO DE LA ALFABETIZACIÓN MEDIÁTICA
E INFORMACIONAL
Que
incluye las siguientes acciones:
- Desarrollo de acciones y programas
específicos para prevenir y detectar riesgos de un uso malintencionado de la
información como ciberacoso, violencia por internet o la desinformación y los
discursos de odio.
- Establecer alianzas con diversos sectores
para garantizar programas efectivos de alfabetización mediática e
informacional.
- Producir guías, recomendaciones y talleres
orientados a la creación de contenidos críticos y responsables para combatir la
manipulación informativa.
Por lo
que trabaja especialmente en los ODS 4 (Educación de calidad) y ODS 16 (Paz,
justicia e instituciones fuertes).
Sin embargo, no
encontramos en el documento del Plan Estratégico ningún apartado relativo al
seguimiento ni medición de los indicadores para una correcta evaluación.
El CCB, aparte
de este plan estratégico, creó en 2017 un grupo de trabajo estratégico sobre “Bibliotecas
y Agenda 2030” con el objetivo de trabajar alineados junto al IAP programme de
la IFLA el rol de las bibliotecas como aliadas en la consecución de los ODS. De
este grupo de trabajo nacieron varias publicaciones clave para visibilizar la
implicación de las bibliotecas en la Agenda 2030 y difundir casos reales de
buenas prácticas que sirvieran como ejemplo al resto de profesionales
bibliotecarios. Entre ellas:
En esta última publicación de 2021, se exponen
ejemplos inspiradores en bibliotecas agrupados según las 5P: Personas,
Prosperidad, Planeta, Paz y Alianzas. Destacamos por su buena acogida dos de
los proyectos inspiradores recogidos:
Paseos saludables: Proyecto de inclusión
social y comunitaria desde la Biblioteca del Hospital Universitario Severo
Ochoa y el Archivo Municipal de Leganés (Madrid)
Dentro del pilar Personas, este proyecto bibliotecario diseña un recorrido por las calles del municipio tomando como referencia espacios y edificios vinculados con la historia, la cultura y la sanidad de Leganés, adaptándose a la población participante en el mismo. Además, obtuvo el Sello CCB como proyecto innovador.
La Biblioteca de Semillas Escuela
Politécnica Superior (EPS). Universidad de Zaragoza
Dentro del
pilar Planetas, este proyecto bibliotecario se creó como un nuevo servicio de
la Biblioteca EPS para prestar semillas de plantas hortícolas de Aragón. En una
primera fase estuvo dirigido a los usuarios de los Huertos ecológicos y a la
comunidad EPS. Hoy es un ejemplo de compromiso medioambiental a través de la
creación de “bibliotecas verdes”.
Finalmente, y dentro del marco de
actuación del CCB, podemos destacar también su proyecto de Sello CCB:
un concurso para proyectos innovadores de bibliotecas ya ejecutados y
desarrollados por diferentes tipos de ellas, con el único requisito de que sean
dependientes de las distintas administraciones públicas españolas, ya sea en
territorio nacional o internacional, las cuales forman parte del Plan
Estratégico de Subvenciones del Ministerio de Cultura.
La primera convocatoria se lanzó
en 2017, y se celebra anualmente, con la creación además de un mapa interactivo
con la relación de proyectos innovadores que han ganado este sello. Además,
cada proyecto nominado como finalista o ganador debe publicar una ficha de
proyecto exponiendo las principales líneas, objetivos y acciones; y siempre se
incluye un apartado obligatorio titulado Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de
la Agenda 2030 a los que contribuye el proyecto. Por lo que todo
proyecto que se postula a este Sello CCB tiene en cuenta ya la Agenda 2030 y los
ODS y metas asignados al mismo. Se trata así de una forma de
asegurarse por parte del CCB la verdadera inclusión y motivación de las
bibliotecas a participar activamente en la integración de la Agenda 2030 a su
visión, misión y proyectos.
Como conclusión a este análisis de
la situación en el Ministerio de Cultura y el ámbito bibliotecario, podemos
concluir que antes de 2024 se emprendían ya proyectos ministeriales relativos a
la Agenda 2030 con ODS claramente identificados. Sin embargo, adolecían de una
visión estratégica de conjunto: a menudo dispersos, no podía realmente hablarse
de un plan global que actuara como paraguas hacia todas las unidades y
Direcciones Generales del Ministerio. No obstante, desde inicios de 2024, la
llegada de la nueva Dirección General de Derechos Culturales, con el Plan de
Derechos Culturales, aborda esta carencia previa y promete dar visión de
conjunto para trabajar transversalmente y en todos los ámbitos la Agenda 2030 y sus correspondientes objetivos.
Respecto al sector bibliotecario, vemos una activa implicación desde 2017 con
la creación de un grupo de trabajo, documentos de guía y ejemplo de proyectos y
la obligatoriedad de incluir en proyectos innovadores un apartado específico de
Agenda 2030 y ODS, como en el caso del Sello CCB.
En definitiva, atisbamos una hoja
de ruta de largo recorrido y consistencia para que la Agenda 2030 sea una
realidad en el corto plazo y no una mera promesa a futuro.
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